Esta vez les hablaremos de El rencor, que surge ante la imposibilidad de
no poder resolver un conflicto entre dos personas, y; sentimientos como el enojo, la tristeza, la decepción entre otros, que quedan como
'residuos' después del conflicto, no pierden 'vigencia' y se suman a los
sentimientos que se generan cuando aparecen nuevos conflictos con las personas
con quienes antes se había discutido, aumentando la intensidad con la que
vivimos cada nueva confrontación.
El efecto acumulativo de los
sentimientos que se generan a causa de conflictos no resueltos, es lo que da
forma e intensidad al rencor, logrando que, en lo subsecuente, cualquier
situación insignificante sea 'la gota que derrama el vaso'.
En el contexto familiar es
especialmente importante tener todo esto en cuenta, ya que se trata de
relaciones duraderas. Los desacuerdos y discusiones son mucho más comunes y
significativos entre familiares, justamente por la importancia y cotidianidad
de la convivencia entre ellos; sin embargo, lo dañino no son los conflictos en
sí mismos, sino la imposibilidad de resolverlos.
No obstante, contrario a la idea que muchos
pueden tener, una familia que discute, es una familia sana, ya que existe la
posibilidad de hablar sobre los conflictos que se tienen en el seno familiar
como una manera de 'ventilar' y aligerar los sentimientos de cada uno de los
miembros que la componen.
Un ambiente familiar propicio, favorece
la relación intrafamiliar y facilita el poder hacer frente a los problemas que
surjan; que los hijos desarrollen confianza hacia sus padres, que los padres
conozcan mejor a sus hijos, que los hermanos creen lazos más estrechos y se
sientan acompañados entre sí, que la pareja se sienta más cómoda y apoyada por
el otro, evitando que el rencor se vaya acumulando y afecte las relaciones a
largo plazo.
Por el contrario, cuando no hay un
ambiente de apertura y respeto en la familia, cada integrante deberá lidiar
solo con sus propios sentimientos, ocultando sus frustraciones y enojos, y,
posiblemente, aislándose del resto de la familia, lo que provoca, en ocasiones,
individuos que comparten con sus familiares únicamente casa y apellidos. En
este contexto es donde más fácilmente se desarrolla el rencor, bastante
justificado, dado que no hay manera de expresar los sentimientos y uno debe
guardárselos para él.
Por lo tanto, es importante recordar que
para mantener una relación sana con nuestra familia es normal que existan
conflictos y discusiones en la familia, esto es parte natural de las relaciones
humanas, y “tapar el solo con un dedo” resuelve sus causas, y siempre es mejor
hablar de los problemas y no ignorarlos; puede que no nos guste o sea incómodo
pero es peor quedarnos con nuestros sentimientos y no transmitirlos.
Así que ya lo saben, lo único que tienen
que guardar en este momento, es dinero… Porque ya viene navidad y hay que
comprar regalos, y pues deben guardar para la peda maratónica, además no los
quiero ver endeudados con la mamada esa del Buen Fin, ai’ nos vemos.