Uno no tiene lo que quiere, sino lo que puede...
A todos (los que no tenemos) nos gustar铆a tener una persona especial en nuestra vida, quien diga que no, est谩 mintiendo o es un pinche retrasado mental que piensa que un perro suple el cari帽o de las personas; en alg煤n momento hemos idealizado a esa persona con la que nos gustar铆a compartir nuestra existencia en este mundo, hemos so帽ado con encontrar esa piedra preciosa que se distinga de las dem谩s piedras de tepetate que se sienten 煤nicas y diferentes y terminar nuestros d铆as con el ser amado sentados en una banca de madera contemplando el atardecer. Sin embargo, por generaciones hemos (mal) aprendido que para ser felices necesitamos de otros, que necesitamos de "esa persona" especial, nos ense帽aron que la felicidad se alcanza cuando estamos viejos y ya hemos hecho todo, nos dijeron que la convivencia con las personas nos har铆a felices y que nos traer铆a grandes recompensas pero nos mintieron, la socializaci贸n y todas esas madres s贸lo sirven para lograr tener un trabajo